Entre la realidad y la ficción

El domingo 4 de febrero de 2018, Salvados emitió el polémico programa "¿Qué hay detrás de la industria cárnica en España?", en el que se infiltró junto a la ONG Igualdad Animal en una granja  porcina de Murcia que suministra carne a Cefusa, empresa que pertenece a ElPozo. La grabación denunciaba el estado paupérrimo en el que se encontraban los animales -algunos de los cuales presentaban incluso deformaciones-, y mostraba el motivo por el que presuntamente las granjas no le abrían las puertas al programa.

Los espectadores, bajo el hastag #SalvadosGranjas, incendiaron Twitter y cargaron contra la empresa y la industria cárnica en general. Ciertamente, aquella noche los movimientos vegetarianos/veganos y animalistas, en su conjunto, ganaron gran cantidad de seguidores; mientras que la imagen de ElPozo y de la industria cárnica parecía deshacerse en pedazos a su paso.

Sin embargo, la respuesta de ElPozo no se hizo esperar, y esa misma noche lanzó un comunicado en el que afirmaba que "los animales que aparecen en las imágenes del reportaje jamás entrarían en la cadena de producción de ElPozo Alimentación". Así como que la empresa "cuenta con más de una veintena de certificados nacionales e internacionales" y respondía al programa presentado por Jordi Évole clarificando que "las imágenes grabadas corresponden a un área de recuperación sanitaria, es decir, son animales que tienen algún tipo de malformación o enfermedad de nacimiento, que deben vigilarse para controlar su evolución y mejora y, si no se produce, llevar a cabo su sacrificio sanitario". De que tienen algún tipo de enfermedad estamos todos de acuerdo.

Definitivamente, el debate estaba más que abierto: ¿Habían destapado realmente Évole y su programa el modus operandi de la industria cárnica española? Sinceramente no lo creo. Hoy en día, los productos pasan por unos controles de calidad exhaustivos, aunque esto no evita que la trata de animales sea deplorable en la inmensa mayoría de los casos, siendo engordados hasta sus límites y alimentados mediante nutrientes y aditivos no naturales -quizá incluso perjudiciales para la salud animal o humana-, o, simplemente, que haya otras opciones en el mercado más saludables que la carne.

(http://cort.as/-Adl2 )
Mi propósito real de esta entrada no es mostrar la realidad de la industria cárnica, sino hacer conciencia de lo importante que es la comida que ingerimos. Para empezar, debemos buscar información de calidad. Ese es siempre el primer paso. Podemos estar tranquilos de que, al menos en España, ninguno de esos cerdos  con deformaciones acabará en nuestro plato, pero probablemente sí otro cerdo en mejores condiciones, y es interesante averiguar qué repercusiones puede tener esto para nuestra salud -y así con cualquier otro tipo de alimento-. Seguramente, tú tampoco eres un nutricionista, pero ser conscientes de la procedencia de lo que tomamos y de los efectos que puede acarrear consumir determinados alimentos es el primer paso para poder amarnos, cuidar nuestro cuerpo.


M.E. Macías

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